Salte la navegación

Una de las ventajas de comenzar la vida independiente es la posibilidad de tras un domingo de resaca, disfrutar de un lunes de descanso para el alma, un día para tomarse las cosas con tranquilidad antes de comenzar la dura semana de clases.

Y me refiero a poder hacer un par de llamadas y terminar en el salón de casa teniendo una conversación sobre partos mientras decidimos si vemos Rec o Mallrats sin preocuparme por la hora que es, la bronca que me caerá por tener la habitación desordenada o si se quejaran por el ruido o el olor a tabaco.

Supongo que es la sensación de euforia tras la primera semana de independencia, pero aún quedan muchos meses… veamos cómo va la cosa.

Con esta breve entrada me despido.

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